¿Puedo corregir o reforzar el miedo en perros? El miedo en los perros es el motivo más frecuente de consulta a especialistas en conducta canina. Sin embargo, gran parte de las veces la familia no ha identificado el problema “conductual” de su perro como un problema relacionado con el miedo, sino con otras causas.

  • En perros con problemas en la relación con otros perros o personas es frecuente interpretar esa conducta como un signo de carácter agresivo o dominante. Nada más lejos de la realidad, la mayor parte de conductas así se relacionan con la emoción del miedo.
  • También es habitual que perros que destrozan cosas o se orinan en lugares de la casa sean catalogados de “desobedientes” o “desafiantes”, cuando las causas de esas conductas pueden estar relacionadas con el miedo o la inseguridad.

Qué es el miedo

El miedo es una emoción. Y las emociones son respuestas involuntarias de nuestro organismo que nos han ayudado siempre a sobrevivir:

  • La alegría nos invita a repetir las cosas que nos han hecho sentir bien. Su objetivo es que mantengamos o realicemos conductas que nos ayudan a sobrevivir y a estar bien.
  • La tristeza, por el contrario, nos retrae cuando vivimos cambios en nuestras vidas. Tiene por objetivo darnos tiempo para que nos logremos adaptar a esa nueva situación. De este modo, nos adaptaremos sin ponernos en riesgo (ya que habremos evaluado el nuevo escenario).
  • El asco nos previene de ingerir, tocar, aproximarnos a cosas que podrían ser peligrosas para nuestra salud de manera instintiva.
  • La ira nos ayuda a tomar acción frente a situaciones que no nos convienen.
  • El miedo… el miedo busca que nos alejemos de las cosas que podrían ser una amenaza para nosotros. Hay miedos reales e imaginarios, pero ambos tienen el mismo poder sobre nuestra mente.

Cómo funciona el miedo

Imagina que vas paseando por el campo. Es otoño y el suelo está lleno de las hojas que han caído de los árboles. Ha llovido recientemente y el bosque está tranquilo. Vas apartando con un bastón algunos troncos para poder atravesar una zona un poco más compleja cuando de repente…

Aparece ante tus ojos una serpiente.

¿Cómo actúa tu cerebro?

Respuesta de miedo automática de la amígdala

Cuando tu cerebro recibe la información sobre la serpiente, los centros de operaciones llamados tálamo y amígdala se encargan de enviar una respuesta nerviosa automática a todo tu organismo para que puedas ponerte a salvo: acelera el ritmo cardiaco, la respiración, tensiona los músculos, ralentiza la digestión, procesos sexuales, etc

¿Por qué lo hacen? Bien, ellos reciben información de la memoria a largo plazo que le recuerda todas las experiencias que has vivido con serpientes, la información que tienes sobre ellas…¡incluso a nivel inconsciente!

En definitiva, como te contaba anteriormente, la respuesta de miedo es una respuesta emocional que tiene consecuencias a nivel FISIOLÓGICO en nuestro cuerpo y en el de nuestros perros. Pero es que además es INVOLUNTARIA, ya que nosotros no decidimos tener miedo.

Quizá esa serpiente era en realidad un palo con un aspecto un poco extraño que nuestra mente asoció a un reptil. ¡Claro que podemos interpretar peligros donde no los hay o no reconocer los auténticos! (aunque esto, puede que nos ocurra tan sólo una vez y ya no tengamos más oportunidades).

¿Se puede corregir o reforzar el miedo en los perros?

Los castigos y refuerzos fueron estudiados por primerísima vez por un señor que se llamaba Skinner (pionero en su época, sus hallazgos aún hoy se emplean y se emplearán durante muchísimo tiempo). Skinner diseñó una caja que bautizó con su nombre en la que introdujo todo tipo de animalillos (ratones, ratas, palomas…) con el fin de estudiar sus respuestas:

  • a veces les inducía dolor mediante impulsos eléctricos
  • otras veces les inducía placer administrándoles comida

Lo que descubrió es que podía aumentar la frecuencia de ciertas conductas y disminuir la de otras.

  • Si hacía desaparecer una descarga o hacía aparecer comida ante la rata, la conducta que había realizado anteriormente se veía REFORZADA y la repetiría con mayor frecuencia.
  • Si hacía aparecer una descarga o desaparecer la comida, entonces la conducta que había realizado antes se veía CASTIGADA y la repetiría menos.

Tiene lógica, ¿verdad? Son las leyes del aprendizaje. Más concretamente, del condicionamiento operante.

Sin embargo, el miedo no es una conducta. Es una emoción y aparece de manera involuntaria. No podemos reforzarlo ni castigarlo porque las leyes del aprendizaje no se pueden aplicar a las emociones, sólo a las conductas voluntarias.

¿Entonces si castigo a mi perro por ladrar a otros perros no dejará de ladrar?

Puede que tu perro deje de ladrar a otros perros. Tiene sentido, ya que si aplicas un castigo en realidad lo estás haciendo sobre la conducta (ladrido), no sobre la emoción (miedo). Por tanto puede que deje de ladrar.

O puede que no.

Lo que está claro es que no estamos yendo a la raíz del problema, y es que tu perro, probablemente, tenga miedo de otros perros. Y ahora sabemos que el miedo no puede castigarse ni reforzarse, ya que es una respuesta involuntaria.

Si castigas el ladrido, tu perro seguirá teniendo miedo. Puede que incluso tenga más miedo todavía, ¡porque ahora no puede decirte que tiene miedo! Y no sólo eso, sino que cuando sienta miedo sabrá que tú, su familia y apoyo (supuestamente), no estarás ahí para apoyarle. Incluso, puedes ponerte en su contra en una situación en la que se siente vulnerable.

Te entiendo, no es nada cómodo ver cómo tu perro ladra a desconocidos, a cualquiera nos puede dar vergüenza. Pero estamos hablando de las emociones de nuestros perros… las nuestras son otra historia bien larga por contar.

¿Y si acaricio a mi perro cuando tiene miedo, no lo estoy reforzando?

En todo caso, estarás consolando a tu perro si es que a tu perro esa caricia le consuela (que puede que no lo haga en absoluto).

Ponte en su lugar y piensa cómo te gustaría que actuase esa persona que te acompaña en tu paseo por el bosque cuando te asustas al ver la serpiente:

  • ¿te sentirías mejor si te ignorase?
  • ¿o si te regaña por tener miedo de esas tonterías?
  • …o quizá te haría sentir mejor que esa persona se acercase a comprobar si aquello que había en el suelo era una serpiente o un palo

A veces tan solo necesitamos sentirnos entendidos. Que si hay algo que nos preocupa o asusta, las personas en quienes confiamos al menos nos escuchen y presten atención. Tan solo ese pequeño cambio puede hacer que el miedo disminuya muchísimo en una situación así.

Piensa en la diferencia que supone enfrentar un miedo solo o acompañado. Encontrarte con esa serpiente tú solo o con alguien en quien confías.

Castigar o reforzar el miedo en perros: conclusión

Aunque el señor Skinner fue un pionero en su época y sus estudios perdurarán siglos, lo cierto es que actualmente explicar nuestra conducta y la de nuestros perros exclusivamente a través de refuerzos y castigos es caer en un conductismo radical. Este punto de vista ignora la influencia de múltiples factores que se ha comprobado que influyen en nuestra conducta y la de nuestros perros:

  • Nuestras emociones: el miedo puede ser la causa de que tu perro ladre.
  • Nuestro contexto social y entorno: no es lo mismo para un perro vivir en el campo que en una gran ciudad.
  • Nuestros orígenes: hay perros que han experimentado el estrés y el miedo desde su primer día de vida, incluso antes de nacer. Altos niveles de estrés en la gestación o en los primeros meses de vida de un perro están muy relacionados con el desarrollo de problemas de estrés y miedos de adultos.

Por lo tanto, si hay conductas de tu perro que te molestan o preocupan y crees que pueden estar relacionadas con el miedo, te invito a investigar un poco más sobre cómo poder ayudarle.

Por otro lado, no sé si a estas alturas conoces el curso sobre miedos y reactividad que realicé en colaboración con la plataforma de educación canina respetuosa, Rebelión Canina.

Te lo dejo en este enlace.

O… si te apetece seguir leyendo sobre el miedo ¡aquí tienes otro artículo!

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