Todas las emociones tienen un sentido adaptativo, aunque en ocasiones, surgen en contextos en los que no ayudan al individuo a sobrevivir en un ambiente determinado y se vuelven desadaptativas.
¿Existe la depresión adaptativa? ¿Nos puede ayudar la depresión a sobrevivir? Imagina la siguiente situación: mañana amaneces en un lugar totalmente distinto a tu casa, de forma inesperada, no sabes cuál es tu rutina ni qué sucederá a continuación y tampoco entiendes el idioma de las personas que te rodean. Sería lógico que al principio no hicieras muchas cosas, te mantuvieras OBSERVANDO para no hacer nada imprudente y luego poco a poco comenzar a desinhibir tus conductas.
Lo desadaptativo sería permanecer en ese estado de DESACTIVACIÓN (porque a menudo pensamos que la depresión es sinónimo de tristeza, cuando en realidad tiene más que ver con dejar de realizar conductas que antes se realizaban) durante más tiempo del necesario. ¿Y cuál es ese tiempo? Pues se estipula que para cuando ocurre un cambio en la vida de un perro puede tardar en adaptarse a él hasta tres meses, mostrando algunas conductas de estados depresivos (pierde el apetito, no quiere salir, no quiere jugar, se muestra triste, apático, no disfruta de la relación con la familia…). Cuando estos signos se prolongan por más de tres meses es porque el perro NO HA LOGRADO ADAPTARSE a ese cambio.
Esto no quiere decir que debamos esperar tres meses para ayudarle, podemos comenzar a actuar mucho antes.
Mi consejo es que comiences a ayudarle cuando ya muestra dos o tres de estos signos que te describo a continuación:
- Notas una pérdida en su apetito.
- Duerme más de lo habitual.
- No le apetece jugar.
- No quiere interactuar con las personas de su entorno, incluso rehúye las interacciones.
- Prefiere estar solo.
- Se muestra menos afectuoso.
- Aúlla o gime a menudo sin motivo.
- Podría incluso mostrarse ansioso o a la defensiva.
- Pérdidas de orina o incontinencia fecal.